martes, 4 de mayo de 2010

Historia de San

San. - Me encanta el exterior y voy a ser pecoreadora. Espacio abierto, aire fresco...
Segurata. - Antes te toca ser limpiadora, nodriza, cerera, almacenadora y guardiana.
San.
- ¿Con quién tengo que hablar?
Segurata. - Eh, ¿tú me escuchas?

San. - Cuando salga, lo primero que recogeré será polen.
Segurata. - Bien.
San.
- Llego a la flor, me restrego bien y polen al saco.
Segurata. - Perfecto, pero cuidado con las flores insectívoras.

San. - He decidido que empezaré por el agua. El estanque está aquí mismo. No tiene pérdida.
Segurata. - Encontrarla y traerla es fácil. Despegar del agua es lo complicado.
San. - No me líes que ya me he enterado de que no existen las flores insectívoras.
Segurata. - Ah, ¿no?

San. - Vale, lo más fácil debe ser la resina.
Segurata. - Seguramente.
San. - Haré propóleo. Voy a esos pinos y cargo una buena bola.
Segurata. - Perfecto. En un par de días nos parcheas la colmena.

San. - He decidido empezar por el néctar.
Segurata. - Sabia elección.
San. - Tú que tienes experiencia, ¿qué flores me recomiendas para empezar?
Segurata. - Las de boj. A las de naranjo y romero ni te acerques, están secas. Ahora que, no me hagas mucho caso. Hace tanto que no salgo ...

Reineta. - ¿Ya está todo listo? ¿Me dejas pasar? Tengo que prepararme para salir.
San. - Estas reinetas, sólo pensando en salir a divertirse.
Reineta. - Si la envidia fuera más ligera que el aire, estarías flotando, hermanita.

Segurata. - ¿Cómo va por el almacén?
San. - Bien, bien.
Segurata. - ¿Ves como el almacén es interesante? Puede ser hasta divertido.
San. - Seguro. Es más aburrido que ver dormir a una larva.

San. - (Se supone que es así, pero no sale ni una pizca de cera).
Segurata. - Avanzas poco a poco, pero vas bien.
San. - (Suerte que no lleva bien las cuentas).

Segurata. - No noto ninguna corriente.
San. - Es que no ves cómo me van las alas, ¡a toda máquina!
Segurata. - O le das más caña, o al almacén.

Segurata. - Hazlo bien.
San. - ¿Acaso lo hago mal?
Segurata. - ¿Has oído hablar de la jalea del olvido? Te la dan y vuelta a empezar de limpiadora.

San. - ¿Se puede saber qué te he hecho yo?
Segurata. - La cuestión no es lo que has hecho, sino lo que puedas hacer. Es por si acaso.

Reina. - ¿Todo bien?
San. - Perfecto.
Reina. - Estamos solas. ¿Todo bien?
San. - De cera, ni gota. Ventilar, flojillo. En el almacén, me muero de aburrimiento ... Reina. - Esa es la apasionante vida de la abeja.

San. - Tengo el permiso de la Reina.
Segurata. - A ver si regresas sin problemas.
San. - Soy abeja pecoreadora. He nacido para esto.
Segurata. - Ya, seguro que te irá tan bien como la cera.

No hay comentarios:

Publicar un comentario