Segurata. - Venga, ya estás tardando.
San. - Supongo que ya se te ha olvidado que cuesta salir.
Segurata. - Te espera la Reina.
San. - Vale, sin empujar.
Reina. - Eres especial. La más especial.
San. - (Ya, eso se lo dirás a todas.)
Reina. - Vuelve mañana y explícame que día hace.
Segurata. - ¿Otra vez por aquí?
San. - Pues ya ves.
[Silencio]
San. - (Me manda a ver el tiempo y ahora me hace esperar con esta simpática.)
San. - Ayer y hoy, sol radiante.
Reina. - Así que has salido.
San. - Lo mío me ha costado.
Reina. - Ella hace su trabajo. Ahora vete a clase.
San. - Buf.
Reina. - No espero grandes cosas de ti.
San. - (Muchas gracias.)
Reina. - Solo espero que seas tú misma.
San. - (Podrías concretar un poquito más.)
San. - Limpiar. Acabas por un lado y vuelta a empezar.
Segurata. - ¿Qué es tanto zum zum?
San. - Nada, cosas mías. (He entrado en un bucle.)
San. - Esto de dar de comer a las larvas no está nada mal. Regurgitas, come y se duerme.
[Silencio]
San. - Dicho así, no suena nada bien.
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
No hay comentarios:
Publicar un comentario